Lección 5 // Martes 29 de julio
CREER EN JESÚS
El verdadero arrepentimiento va de la mano de la fe en Jesús como nuestro único Salvador. Él habló frecuentemente acerca de la necesidad de creer en él a fin de recibir sus bendiciones. “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (Mar. 9:23). La fe es esencial para ser salvos. Satanás lo sabe, y hace todos los esfuerzos posibles para que no creamos (Luc. 8:12).
¿Qué es creer, según Jesús? Es más que un sentimiento indefinido de que algo sucederá. Es más que un ejercicio mental. La fe salvadora no está vacía de contenido. Por el contrario, la fe tiene un objeto específico: Jesucristo. No es solamente creer en algo sino, especialmente, creer en Alguien. La fe es confiar en Jesús y en su muerte por nosotros; y creer en Jesús significa conocerlo, entender quién es él (Juan 6:69) y recibirlo personalmente (Juan 1:12).
Dios amó tanto al mundo que nos dio a Jesús para que todo el que verdaderamente cree en él tenga vida eterna. No obstante, su muerte no significa que todos se salvarán. Debemos estar cubiertos por su justicia. Al creer en él, obtenemos su justicia, se nos da la seguridad de la vida eterna y tenemos la gran promesa de que él nos resucitará en el día final (Juan 6:40).
A una mujer que había vivido una vida pecaminosa, Jesús le aseguró: “Tus pecados te son perdonados. [...] Tu fe te ha salvado” (Luc. 7:48, 50). ¿Qué significa eso? ¿Nos salva nuestra fe?
Según los evangelios, cuando Jesús sanaba a algunas personas, les decía: “Tu fe te ha salvado” (Mat. 9:22; Mar. 10:52; Luc. 17:19). Sin embargo, él no estaba asignando ningún poder sanador a la fe propiamente dicha. Su fe solo era la confianza completa en el poder de Jesús para sanarlos. El poder de la fe no proviene de la persona que cree, sino del Dios en quien cree esa persona.
¿Por qué debemos entender bien la función de la fe en la oración, especialmente cuando pedimos la sanidad? ¿Por qué es incorrecto concluir, a partir de los versículos leídos hoy, que si no ocurre la curación que hemos pedido es porque no tenemos suficiente fe?
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ENTENDIENDO QUE ES FE Y QUE ES ESPERANZA
¿Por qué debemos entender bien la función de la fe en la oración, especialmente cuando pedimos la sanidad? ¿Por qué es incorrecto concluir, a partir de los versículos leídos hoy, que si no ocurre la curación que hemos pedido es porque no tenemos suficiente fe?
Uno de las deficiencias que presentamos los Adventistas del Séptimo Día y cristianos en general es que no entendemos los conceptos de fe y esperanza cuando los usamos combinados. La mayoría entendemos el concepto bíblico de la palabra FE, pero si explicáramos la palabra en fe en una sola palabra, la palabra sería: CONFIANZA.
La FE ó CONFIANZA tiene su base sobre el conocimiento, usted no puede confiar en una persona que no conoce. De la misma manera no puede confiar ó tener fe en un Dios que no conoce. Por lo tanto, para tener fe ó confianza usted necesita conocer a esa persona, y si es en el plano espiritual , necesita conocer a Dios.
Ahora el asunto se pone complicado cuando introducimos la palabra ESPERANZA. Si usted pregunta que es esperanza, va a escuchar diferentes definiciones. 1ra Corintios 13: 13 dice:Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el amor.
Ya nos dimos cuenta en el versículo arriba que ESPERANZA y FE son dos cosas diferentes. ¿Qué es esperanza? Esperanza es esperar algo con expectativa e incertidumbre. Algo que usted no sabe si va a suceder, tanto que puede suceder, de la misma manera no puede suceder. En pocas palabras ESPERANZA es lo contrario de la FE. La fe usted está 100% seguro, la esperanza usted está 100% inseguro. Vamos ahora a un ejemplo bíblico:
Daniel 3
12 Hay unos varones judíos, los cuales pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has levantado.
13 Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varones delante del rey.
14 Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?
15 Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?
16 Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto.
17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.
18 Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado.
Aqui el rey Nabucodonosor va a matar a los tres jóvenes hebreos y el hace una pregunta al final del versículo 15 : ¿y que dios será aquel que os libre de mi mano?
Para una pregunta contundente y agresiva; una respuesta clara y firme, la esencia de la fe la encontramos en el versículo 17: He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. No hay duda, no hay ni la menor sombra de preocupación, la fe les permite hablar con una claridad y una fuerza indescriptible cuando ellos están enfrentando la muerte. El Dios que ellos conocen los puede librar del horno y de la mano del rey. ¡Eso es fe!
Pero ahora viene la esperanza y la encontramos en el principio del versículo18 Y si no, (nos libra) sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses. Aquí entra la esperanza, ellos no saben la voluntad de Dios, no saben si Dios va a ser un milagro, o si Dios va a permitir su muerte, y debido a esa incertidumbre, a esa incógnita, entonces la esperanza entra y juega un papel importante en la vida del cristiano dando consolación.
Hace muchos años estuve frente a una hermana que fallecía de cáncer. Muchos se reunieron es la casa de esta hermana en un día especial para llevarla en oración. En las oraciones se afirmaba con toda seguridad, que ella se levantaría de su cama, sanada por Dios. No había ni la menor duda, era eminente, se oraba de tal manera que ya parecía un hecho y que era seolo cuestión de tiempo; aparentemente nuestros hermanos habían tenido una información confidencial de la voluntad de Dios. Tres semana mas tarde ella pasó al descanso; que chasco, que fracaso; ¿Falló la fe? NO. El problema fue que no oraron usando la fe, si no usando la esperanza.
La oración por esta hermana y por cualquier caso que nos toque orar tiene que tener dos partes esenciales; la primera es la parte de la fe, donde se dice que tenemos toda la seguridad de un Dios todopoderoso capas de hacer cualquier milagro, no importando la seriedad del caso. Eso es fe, conocer a un Dios que nada le es imposible.
La segunda parte de la oración es aplicar la esperanza: decirle a Dios que se está reunido con un propósito y es la de pedir el milagro de la sanación, transmitir a Dios el deseo de sanación para el enfermo, pero como no sabemos el conocimiento Omnisapiente de Dios, nos ajustamos a su santa voluntad; ésta es esperanza.
Ya que usted no sabe, cual es la voluntad de Dios, allí es donde la esperanza nos transmite consolación para poder aceptar la santa voluntad de Dios, sea cual sea, en el deseo que se está pidiendo.
LA FE NOS AFIRMA EN UN DIOS TODOPODEROSO
LA ESPERANZA NOS TRANSMITE CONSUELO EN LAS DECISIONES DE UN DIOS TODOPODEROSO.
Nunca ores poniendo tu fe ó tu esperanza en un milagro, ora poniendo tu fe en un Dios todopoderoso, y tu esperanza en las decisiones que ese Dios todopoderoso tomará para tu vida. La fe y la esperanza las dejó Dios para ayudarnos a traspasar ésta tempestad de pruebas y problemas que ésta vida nos presenta como consecuencia del pecado.
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