domingo, 27 de julio de 2014

LECCION DE ESCUELA SABATICA PARA EL LUNES 28 DE JULIO DEL 2014


Lunes 28 de julio // Lección 5                                                                                                                                              
ARREPENTIRSE
El reconocimiento de nuestros pecados no es suficiente para nuestra salvación, a menos que esté acompañado por el arrepentimiento.Bíblicamente, arrepentirse incluye tres aspectos: reconocer que hemos pecado, sentir tristeza por haberlo hecho y desearsinceramente no pecar más. Si falta uno, no hay verdadero arrepentimiento. Por ejemplo, Judas admitió su pecado pero no la- mentaba haber traicionado al Maestro (Mat. 27:3, 4). Estaba abrumado por el remordimiento, no por el arrepentimiento. Su confesión surgió por temor a las consecuencias, no por amor a Cristo.
Tan importante es el arrepentimiento que Juan el Bautista y Jesús comenzaron su ministerio predicando: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (Mat. 3:2; 4:17). Posteriormente, en su primer viaje misionero, los Doce “predicaban que los hombres se arrepintiesen” (Mar. 6:12). Después de Pentecostés, Pedro exhortó a la multitud a arrepentirse (Hech. 2:38; 3:19).
Considera las fuertes palabras que usó Jesús para enfatizar la necesidad universal de arrepentirse a fin de ser salvo. ¿Qué mensaje nos está dando? Luc. 13:1-5.
En este mismo tiempo estaban allí algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado con los sacrificios de ellos.
Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos?
Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
O aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén?
Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Jesús afirmó la pecaminosidad de todos los seres humanos. Por lo tanto, instó a sus oyentes: “Si no os arrepentís, todos pereceréis”(vers. 5). Sin arrepentimiento es imposible la redención, pues su ausencia muestra que la persona rehúsa rendirse al Señor.
Pablo afirma que la benignidad de Dios nos guía al arrepentimiento (Rom. 2:4). ¿Qué significa eso? Podríamos partir un bloque de hielo en pequeños trozos, pero esos fragmentos todavía serán hielo. O podríamos colocar el mismo bloque de hielo cerca de un calefactor, y se derretira completamente. Así también, el hielo de nuestro orgullo puede ser derretido únicamente si nos exponemos al calor de la bondad y del amor de Dios. Por eso, es crucial que nos detengamos tanto como sea posible en todas las evidencias que se nos han dado del amor de Dios por nosotros.
“No nos arrepentimos para que Dios nos ame, sino que él nos revela su amor para que nos arrepintamos” (PVGM 148).
¿Cuáles son las evidencias del amor de Dios? ¿Qué has visto, experimentado y aprendido que te da poderosas razones para confiar en su bondad? ¿Por qué es tan importante recordar siempre esas razones, especialmente en circunstancias difíciles?
Uno de los conceptos mas equivocados que pueden existir es el pensar que hay que arrepentirse para acercarse a Jesús. El Pecador necesita ir donde Jesús tal como está:
Es verdad que a menos que el pecador se arrepienta de sus pecados, no puede ser perdonado; pero también es verdad que no debe esperar hasta que las emociones y sentimientos lo embarguen de tal manera que piense que su pena es suficiente como para hacer méritos para recibir el perdón. Que el pecador vaya a Cristo tal como es, con toda su indignidad, para comprender que el amor de Cristo derriba toda barrera.  El pecador debe acercarse a Cristo a fin de ser capacitado para arrepentirse, por que es la virtud que fluye de Jesús la que fortalece las decisiones del corazón de apartarse del pecado y de seguir la verdad... {Review and Herald, Septiembre3, 1901}
El arrepentimiento, tanto como el perdón, es el don de Dios mediante Cristo. Mediante la influencia del Espíritu Santo somos convencidos de pecado y sentimos nuestra necesidad de perdón. Sólo los contritos son perdonados, pero es la gracia de Dios la que hace que se arrepienta el corazón. El conoce todas nuestras debilidades y flaquezas, y nos ayudará. – {CPI 86.1}
Algunos que acuden a Dios mediante el arrepentimiento y la confesión, y creen que sus pecados han sido perdonados, no recurren, sin embargo, a las promesas de Dios como debieran. No comprenden que Jesús es un Salvador siempre presente y no están listos para confiarle la custodia de su alma, descansando en él para que perfeccione la obra de la gracia comenzada en su corazón. Al paso que piensan que se entregan a Dios, existe mucho de confianza propia. Hay almas concienzudas que confían parcialmente en Dios y parcialmente en sí mismas. No recurren a Dios para ser preservadas por su poder, sino que dependen de su vigilancia contra la tentación y de la realización de ciertos deberes para que Dios las acepte. No hay victorias en esta clase de fe. Tales personas se esfuerzan en vano. Sus almas están en un yugo continuo y no hallan descanso hasta que sus cargas son puestas a los pies de Jesús. – {CPI 86.2}
35


No hay comentarios:

Publicar un comentario